Vaya si éste será un año inolvidable para Floresta. A horas de la Coronación de All Boys como recién ascendido a Primera "A", el barrio decidió festejar el Bicentenario con todo. Hacía rato que no se veía una unión zonal de tal magnitud. Jorge Rodríguez, periodista de trayectoria y una persona a la que tengo el gustazo de conocer desde aquel lejano 1992 cuando yo recién me iniciaba como periodista en FM Class, tuvo mucho que ver en la organización de todo esto. Es que Jorge lleva al Albo y a Floresta en la sangre.
Para aquel que no podía ir a la 9 de Julio, tenía una chance de pasar un momento agradable con los vecinos. He podido seguir esta celebración ya que pasé parte del día en casa de mis viejos y realmente quedé asombrado gratamente con el éxito de tal convocatoria. La gente tenía ganas de reunirse, de festejar.
La mañana comenzó a vestirse de fiesta con los Boy Scouts que vinieron a dar una mano, repartiendo escarapelas y montando puestos y dejando todo listo para la hora del chocolate patrio.
La mañana comenzó a vestirse de fiesta con los Boy Scouts que vinieron a dar una mano, repartiendo escarapelas y montando puestos y dejando todo listo para la hora del chocolate patrio.
De a poco la gente iba llegando. Se habían dispuesto varias docenas de sillas y se armó una feria artesanal en medio de la avenida.
En la feria se podían encontrar trabajos artesanales, cuadros, talleres de dibujo, mecanos, productos dietéticos, muñecos, réplicas de varios objetos en miniatura... Tal vez en comparación con nuestra conocida y querida Feria de Parque Centenario los precios han estado un poquito cerca del sol del 25, pero la predisposición de los puesteros era buena (salvo de uno que cuando se estaba yendo me retiró lo que iba a comprar grrrr).
En la feria se podían encontrar trabajos artesanales, cuadros, talleres de dibujo, mecanos, productos dietéticos, muñecos, réplicas de varios objetos en miniatura... Tal vez en comparación con nuestra conocida y querida Feria de Parque Centenario los precios han estado un poquito cerca del sol del 25, pero la predisposición de los puesteros era buena (salvo de uno que cuando se estaba yendo me retiró lo que iba a comprar grrrr).
El escenario ya había tenido un pre- ensayo la noche anterior, cuando a las o horas en punto, Pablo Gramajo entonó las estrofas del Himno Nacional Argentino. Y durante el 25, la fiesta fue tomando color. El humo típico e incomparable de los choris "del barrio" (los más ricos del mundo, siempre), los patys, la gaseosa, y los sonidos de la música que comenzaba a sonar por los altoparlantes. Por ellos pasaban temas folcklóricos, tangos, cumbias y música pop. Luego del mediodía comenzaron los juegos para los chicos, carreras de embolsados, carrera de tres piernas, y competencias para las cuales se invitaba a los "grandes" a participar. Es que la fiesta era de todos.
Hubo bendiciones por parte del Sacerdote de Cristo Maestro, animaciones siempre entusiastas por parte de Jorge, y en un momento llegó el Presidente de All Boys, Roberto Bugallo, un hombre que en poco tiempo estuvo al frente de un club que salió Campeón hace dos años y ahora logró el Ascenso a Primera "A". También habló el Director Técnico del Club, José "Pepe" Romero, una gloria del Albo, ya que fue figura como jugador en aquella campaña que llevó a All Boys al ascenso en 1972 y ahora como técnico "la rompió". Y muchos detalles más que ahora se me escaparán pero no hace a la cuestión de fondo, que fue festejar dentro del barrio, con las familias del barrio...
La celebración contó con Diego Desanzo, que estuvo "un kilo y dos pancitos" en la canción melódica, por ejemplo, interpretando canciones de Montaner, para muchos mejor que el propio Montaner. Ya la tarde, llegó el chocolate patrio preparado en una gran cacerola.
Juegos, sorteos, un mago divertido y mucho ritmo fueron acompañando la tarde. La jornada la cerró un SEÑOR cantante de tangos, vecino de Floresta pero que por esas cosas de la vida, ésta era la primera vez que actuaba frente a su público: Pablo Gramajo.
Gramajo empezó cantando tangos, milongas y llegó un momento en que la gente se quedaba petrifcada esperando "una más". Un gran talento sin dudas.
Gramajo empezó cantando tangos, milongas y llegó un momento en que la gente se quedaba petrifcada esperando "una más". Un gran talento sin dudas.
Todo llegó a su fin cuando Jorge Rodríguez se despidió y agradeció a los presentes. Se escucharon los últimos acordes de la música, la parrila del chori comenzaba a guardarse y la gente a retirarse. Pero en el ciudadano de Floresta quedó la sensación que no fue un día más. Que entre todos se pudo lograr celebrar sin ningún tipo de incidentes. Y esto se repitió en varios barrios, en todas las provincias y con los actos enormes que hemos visto en la 9 de Julio y durante la reinauguración del Teatro Colón.
Jornadas que quedarán bien guardadas en esa memoria emotiva que tantas veces evocamos... y que solemos disfrutar cuando pasa el tiempo...
Jornadas que quedarán bien guardadas en esa memoria emotiva que tantas veces evocamos... y que solemos disfrutar cuando pasa el tiempo...
Gus