VOLVER A LOS RECUERDOS

miércoles, 30 de marzo de 2011


Postales de una cena magnífica y de un momento inolvidable. Sobran las palabras así que este post estará lleno de imágenes.


Además de Marisa, Pepe Maseda, Chelo Margal, Silvio Soldán, Miguel, estuvieron junto a nosotros, sin dudas, los espíritus de Don Pepe Biondi y Doña Niní Marshall.
¡¡¡Mil gracias Miguel Angel!!!

Gus

EL GRAN HOMENAJE

lunes, 21 de marzo de 2011

El almuerzo de La Orden de la Cucharita celebrado el último fin de semana, será por demás recordado. Porque a diferencia de los anteriores, Don Manuel llegó más temprano que nunca y se quedó casi hasta las seis de la tarde dialogando con los admiradores de su obra. La narración extensa que brindó a cada pregunta sería imposible en un programa de tevé con una cámara apuntándole permanentemente, dando lugar así a charlas e interacciones en un clima de confianza y respeto que no sale del salón en el que estuvimos, como debe ser.
El artista y su público, la obra y su resultado. ¡Cuántas veces uno aplaude, saluda o abraza a Don Manuel y sin embargo nunca es suficiente!. Y así como cuando éramos chicos, deseábamos que la historieta no terminara, en este caso siempre deseamos aportar algo más, algún nuevo modo de agradecimiento hacia este artista español que lleva a Argentina en la sangre. Y las palabras en plural son justas, porque en este caso, como en anteriores jornadas, los regalos y presentes se entregan en nombre de todos.
El Diploma y la Cuchara de la Orden de la Cucharita se otorga a los admiradores de la obra de Don Manuel. Pero, claro, "debía", en algún momento, existir una Cucharita para él. Tal es así que María, de Villa Gessell, realizó una enorme Cuchara Dorada emulando fielmente la que entrega siempre el querido "gaita". Y Roberto Barrios, encargado del Diseño del Diploma habitual, aportó lo suyo para el que se le entregó a Don Manuel.  María pidió no ser nombrada y que el regalo fuese entregado en nombre de todos. El primer pedido no será respetado por este blog, ya que un laburo así merece ser reconocido, ya que dicha cuchara sufrió, hace un mes, un accidente y pudo rehacerse, con lo cual el trabajo fue doble. Si bien este regalo lo podría haber hecho a nivel personal, vale la idea de compartirlo, se ve que esta persona no solamente leyó a Hijitus, sino que lo asimiló.

 
No termina acá esto, todos los asistentes colaboraron con la placa y  el estuche en el que se le entregó el justo reconocimiento al creador de Trulalá (avisados previamente, claro).
Fernando Cei, encargado de ayudarnos a Marisa Catania y a mí en la organización, tuvo la gran idea de armar una Grilla Gigante, con lo cual hemos pasado un momento de entretenimiento novedoso y divertido. 
Sobre el final, se sortearon a dos colaboradores más para el próximo almuerzo, con Luciana de Espacio Retro como testigo y "extractora" de los papelitos: Fernando Cei (nuevamente) y Claudio Celada. Será un gusto estar junto a ellos.
Hay que destacar la generosidad de Toni Torres: los premios sorteados los aportó él, y no es la primera vez que tiene un gesto de desprendimiento tal. Además fue el encargado de anotar y dirigir el entretenimiento de la grilla de Trulalá. Luego sorteó los regalos y los ganadores fueron Ricardo Méndez y Sebastián Hernández.
Junto a Marisa Catania, Jorge F. Torre y Gus Biancospino.


 Una "toma de catch" con Celada y Gitano Iván. Este último es un gran coleccionistas de revistas de Hijitus y Larguirucho, y varias infantiles "retro".
 
A este almuerzo concurrieron: Sebastián Hernández, Gustavo Biancospino, Magdalena Gómez, José Massaroli, Rodolfo Mutuverría, Rodolfo González, Jorge Fernández Torre, Oscar Ojeda, Ricardo Méndez, Daniel Wilson, Carlitos Carela, Luciana y Daniel (Espacio Retro), Fabián Apólito, Esteban Facundo Díaz, Claudio Celada, Gitano Iván, Claudio Castro, Tulio Hernández, Esteban Farfán, Toni Torres, Delma y Jorge de los Ríos y Carlos Castriota. En la organización Fernando Cei nos ayudó a Marisa Catania y a mí de la mejor manera.
 
  

Esteban Facundo Díaz  se comunicó con Jorge Fernández Torre hace varios meses, y luego con Jorgito Vilá y nosotros. Ansiaba poder decirle "gracias" a Don Manuel. Su cara de felicidad lo dice todo.
 





 
 


 
En lo personal, agradecimiento a Toni por un material gráfico de El Caballero Rojo, y a Oscar Ojeda por los afiches de cine. Y a Gitano Iván por "Tom y Jerry".

Regalazo de Toni Torres.
 Gitano Iván, dos dvds de Tom y Jerry, grande Titán!. Y Oscarcito Ojeda, un par de afiches retro!

No debemos olvidar que "La Previa Retro" cada vez crece más, y cuyo bastonero principal es Gustavo Biancospino, quien siempre lleva material para intercambiar. En ese momento (media hora antes del almuerzo), no encontramos discos, revistas o publicidades: hallamos recuerdos.
Tampoco debe pasarse por alto el detalle de los bombones de souvenir, los bonetes y las bolsitas que entregó Marisa Catania, y los pins con la imagen de Hijitus que obsequió a cada uno Esteban Farfán.
 
 Los bombones de Marisa Catania
Arreglos con velas aromatizadas y bonetes "trulalaleros"

Han sido galardonados con La Orden de La Cucharita: Carlos Castriota (integrante de la "legendaria" Pandilla Uanantú e inspiración para Calculín), Claudio Celada y Ricardo Méndez.

 
 
 
 

Y Claudio Celada, en pleno agradecimiento por la distinción, manifestó unas palabras con las cuales nos emocionó a varios, le dijo a Don Manuel: "Si usted alguna vez afloja, piense que muchos chicos lo necesitan". Para el aplauso.


Una agradable brisa de Aire Puro corrió por Trulalá, y todos, encolumnados detrás de quien debe ser el único protagonista: Don Manuel García Ferré, el Caballero Principal de la Orden de la Cucharita.


Gus
Fotos; propias, Marisa Catania, Espacio Retro y Fabián Apólito

RÍOS DE TINTA Y CALIDAD

sábado, 5 de marzo de 2011

 

No es lo mismo que te elijan para hacer una nota, a que uno se "autoelija". Y tuve la suerte, hace casi dos años, que  Carlitos Carella, del blog El Sombreritus, me eligió para hacer esta nota. Eso es algo que destaco, ya que entrevistar a Jorge de los Ríos, es como hablar un poco con un pedazo enorme de nuestra infancia y no es cosa de todos los días. ¿Quién más, quien menos, no tuvo una "fichu" de él en sus manos?.
Con ustedes, la nota realizada a este GRANDE, con mayúsculas:

Jorge nos muestra algunos recuerdos y mientras, nos va contando. Carlitos y quien esto escribe, mientras escuchamos miramos extasiados la obra del Maestro.
J: Yo tenía un juego de fútbol armado, y cuando terminé la escuela, recuerdo que mi papá, viéndome jugar me preguntó para qué hacía eso, ¡si no me iba a dar de comer!. Pasó el tiempo y una vez, me preguntaron sobre ese juego, lo llevé, lo mostré y me pagaron una cantidad determinada de dinero por cada figura, pero en un cheque. Fui a ver a mi papá para que me lo cambiara, me dijo: “bueno está bien”, pero cuando vió la cantidad, me dijo: “¿qué pasó?”. Y yo, que no había ido a verlo para “devolvérsela” ni nada por el estilo, simplemente fui a que me cambiara el cheque, le dije “viste? El pin pin me dio de comer” (risas)

C: ¿Donde nació, Jorge?
J: En el Hospital Militar. Soy de “gestación catamarqueña”. Sucede que los militares estuvieron en varias provincias. Papá estuvo en Salta, Corrientes y estuvo un tiempo en Catamarca. Así que nací acá, pero de “¡gestación catamarqueña”.

G: De niño tenía siempre el lápiz en la mano?.
J: Sí… venía fin de año o las muestras y me decían “se lo hizo su papá”. ..tengo una anécdota, una vez, el hijo del Doctor Díaz, salió en defensa mía y dijo: “es el mejor ‘dibujador’ del grado” (risas). No me creían pensaba que no lo había hecho yo… tuve que rehacer cuadernos…

C: ¿Siempre fue autodidacta?
J: No… hay gente que se proclama “autodidacta” y no es así… Yo tuve la suerte de estar antes de los 20 años trabajando con Toño Gallo, Divito, Calé y varios más. Yo estaba laburando, pasaban ellos y me decían “está lindo, a ver, dale un poquito más acá”… eran maestros… trabajaba codo a codo…  no existe el autodidacta, siempre hay una referencia.


G: ¿Toño Gallo era el que dibujaba a Cholula, verdad?.
J: Sí… ésos eran maestros… yo he tenido suerte, a los 19 años estaba en una agencia de publicidad, porque me gustaban los bocetos, dibujaba maquinarias agrícolas. Y se dieron circunstancias, Abel Ianiro (http://www.museodeldibujo.com/biografias/ianiro/ianiro.html) falleció muy tempranamente y me tocó reemplazarlo. Me pidieron “una pruebita”, y comencé a realizar las portadas de Canal TV


G: ¿Cuál fue el salto, entonces, de aquel niño que no podía dejar el lápiz al profesional en que se transformó luego?.  La época de ilustrador publicitario podríamos ubicarlo como su primer trabajo?
J: Sí, pero ojo, porque si agarramos un paquete de caricaturas de cuando tenía doce años, te das cuenta que siempre me gustaron las caricaturas…no tenía un estilo, me ponía y dibujaba… Sí, aquella época hice mis primeros trabajos…
  
C:  ¿A quién admiraba en materia de caricaturas?
J: A Abel Ianiro.

C: ¿Y del exterior?
J: ¿Vieron la revista Mad?. Me gustaba mucho Jack Davies. Aparte tengo muchas cosas “readaptadas” de otros, por eso digo que no existe el autodidacta, hay gente que no estudió nunca pero que tiene machetes,  referencias. Y eso no es vergonzoso. Me acuerdo que una vez en Canal TV me dijeron “se acabaron las papadas, las orejas de chancho y las bolsas. Y las caricaturas tienen que ser todas lindas porque los actores se quejan”. Y no sabés… que te digan eso a los 20 años. Y así y todo tuve que hacer tapas de desagravio.


C: ¿Tapas de desagravio?
J: Sí, un día el Director me dijo “qué hizo con este muchacho, estuve con él y está desconsolado”. Lógicamente, no puedo decir quién era…

G: Bueno, se lo preguntamos fuera de grabador (risas). ¿Pasó muchas veces eso?
J. Pasa que cuando te sucede dos o tres veces, optás por decir “de ahora en adelante, son todos lindos”. Yo recibía palmadas de los que compraban la revista, sobre todo las mujeres que me decían: “qué bien, ese estilo”, pero los dibujantes colegas me decían: “¿qué hiciste?”
 
G: ¿Costó mucho adaptarse a esos cambios?
J: Encontrás una mecánica y te aferrás. Por ahí achicaba una nariz y se hacía una “estilización caricaturesca”. Un día vino Raphael, quería la tapa pero no caricatura. Así que se hizo una estilización tipo retrato, algo hecho con acuarela. Había gente que no le gustaba. Ermindo Onega por ejemplo, un día me dijo: “no se enoje, pero nunca me gustaron esos cuerpitos chicos con esas cabezas grandotas, pero quiero un retrato” (risas). Claro, ¿qué pasaba?. En el año 1962 no había fotocromo, el slide entra en 1965,  y el primero que entró a la revista fue un positivo de Henry Fonda. Entonces, cuando me juntaba con los jugadores (acostumbrados a que le regalaran fotos), me decían: “uh, esto me lo vas a regalar, porque los fotógrafos nos regalan diez, quince fotos”. Y yo les decía  que  los fotógrafos hacían una copia y chau, pero éste era otro tipo de laburo…

C: ¿En aquel entonces el material para que usted desarrollara una  caricatura era suyo?
J: Era de archivo, tenía documentación y además, la memoria. Si me preguntás cómo formaba Ríver en el ’47 te lo digo, pero no sé cómo forma el domingo.

G: ¿Para dónde trabajó como ilustrador publicitario?
J: Para Fernández Insúa, era un estudio. Trabajábamos con folletos de multiprocesadora. Tapa y diagramación de adentro. Tuve la suerte de encontrarme con gente que me ayudó. Además, tenía la revista Ríver, estaba en Arriba Vélez, me iba bien. Estando en la revista Canal TV, un día me llamó uno de los directores, que era dibujante y me preguntó: “Jorge, ¿qué hacemos?”. Y yo le dije que era el sueño de mi  vida hacer lo que estaba haciendo. Y él replicó: “¿Y?, ¿vamos a vivir de la caricatura?. ¿Qué pasa si cierra algún día esta revista?”. Entonces me dijo: “vamos a hacer historietas”. Me negué, porque le dije que no tenía el estilo y que además, no me gustaba. Mariano Latorre, el otro director, vino al día siguiente y me dijo que tenía que arracancar con Los Tres Chiflados. “Para mañana o pasado a más tardar”. Un desastre… Lo padecí porque no tenía estilo. No obstante, a la cuarta me decían “¿Y?, ¿le estamos tomando la mano?”. Así que tuve suerte de que me “cantaran la justa” de cómo podía venir la mano… Por eso, les digo a mis alumnos, que esto hay que tomarlo en principio como un hobby. Yo vivo del dibujo y dibujo, y mi hobby es lo que yo siento. Son esas ilustraciones que les mostré antes. 


C: Cuando  ve sus dibujos: ¿es muy autocrítico?
J. Sí , y de joven lo era más, pero todo tiene un límite, eso trato de inculcárselo a los chicos. Porque si esa autocrítica es agresiva, hace mal. A veces un chico me dice “no me gusta”. Y yo le digo “pará, probá de agregar esto acá y queda redondo”. Pero la autocrítica es necesaria.  Cuando hacés una caricatura, y tenés el boceto, ya sabés que va a caminar. Me ha pasado de hacer tres, cuatro bocetos, y no la veo. Entonces, aplico sombreado, sombreado, y entonces al menos me acercaba fotográficamente.  Ahora las veo y digo “cómo zafé con esto”, porque no había tiempo, por el apuro de la entrega. Una vez Toño Gallo se paró al lado mío a ver cómo yo trabajaba una tapa. Toño era un tipo grande, hacía fierros. Me dijo: “Jorgito, Jorgito: ¿vos sabés cuándo un dibujo está terminado?”. Le dije que no sabía.  Entonces me dijo: “un dibujo está terminado cuando tiene que ir al taller” y se lo llevó. Después vino con el trabajo y me dijo: “¿qué le agregarías?”. Le respondí que por ahí algún detalle, alguna cosita. Y ahí me respondió que ya estaba publicado el trabajo, se lo había llevado y se publicó. Esa gente era grandiosa…

 

C: ¿En cuánto tiempo tenía que resolver una tapa?.
J: En una epoca anotaba en una hoja, por ejemplo, “tapa: 4 horas”, “historietas: 6 horas” y con esas cuentas, en un momento me di cuenta que no me alcanzaba el día, tenía que achicar. Y el récord fue de 72 horas sin dormir. Cuando hay mucho laburo uno tiene que aferrarse a algo, hay que batir un récord.

G: Meterse un estímulo…
J: Claro, meterse un estímulo. Pero la autoexigencia no es buena. Y el producto no queda como corresponde, no está listo para ser disfrutado.

C:  ¿Y cómo le recibían esos trabajos en la editorial?
J: A ellos les parecía perfecto. Pero a mí por dentro, no. García Ferré, además de buen empresario, tiene una gran habilidad especial. Vos terminabas una tapa, y había una manito que no te gustaba, pero que tenía que estar allí, Entonces él venía, y decía “ah, ahí está la tapa… a ver… esa manito” (hace el gesto del dibujo) y ya estaba. Eso es alguien que sabe, que dibuja.


G: ¿Cómo se dio lo de trabajar en la revista River?
J: Comencé en el ’59 como preceptor de colegio, y ese mismo año entré en la agencia de publicidad… a ver, me acuerdo que cuando me hicieron la revisación para el Servicio Militar la revista ya estaba… ésa vez sufrí una decepción porque iba a ser padre y no sabés cómo me la hicieron… me presenté en Campo de Mayo, de saco y corbata, porque iba desde la oficina,  pero claro, todavía no había salido la orden del juez para eximirme porque iba a ser padre. Me había pelado, me lo aconsejó mi viejo para no darles el gusto a los milicos de que me pelaran ellos, y fui para allá. Me dijeron: “a ver, De los Ríos, destino: Mar del Plata”. Y pregunté cómo podía ser eso, y me respondieron: “cuando el juez firme la orden, usted agarra sus cosas y se vuelve”. En ese entonces no había teléfono no podía avisar a mi señora. Subí al camión y luego de media hora, partimos. Iba despacito, de repente, el Oficial viene corriendo y me dice “De los Ríos, ¡abajo!” (risas). Me había salvado y los demás me cargaban, me decían: “con ese lomo cómo podés estar exceptuado”, y yo les contestaba: “y bueno, voy a ser padre”. 

Pero lo de la revista River fue un desafío, porque allí estaba un dibujante, muy talentoso, que había sido soldado de mi viejo, y le dijo a él: “mandámelo a ver qué está haciendo”. Y entre las cosas que  llevé, mostré caricaturas y las miró, no le gustaron y yo pensaba: “por qué me dice eso si esto es lo que a mí me gusta”, así que lo tomé como un desafío. He visto junto a mi hijo en unos cursos a gente que de golpe, se “destapaba” y hacía unos progresos enormes. Nunca se puede decir “éste sirve, éste no” a la primera intención.



C: ¿En qué año empezó con Anteojito?. ¿Las primeras tapas eran de Don Manuel?
J: En 1964, con los comienzos de la revista. Las primeras tapas eran de Don Manuel, y después empezó  a dibujar Néstor Córdoba. Las pasaba a tinta una chica y las coloreaba el socio de García Ferré. Se aprendía a trabajar en equipo.


C: En el caso de la tapa: ¿le tiraban pautas?
J: A veces sí, pero Don Manuel me daba mucha libertad. Igual no era solamente lo que se me ocurría, tenía que estar relacionado con la sorpresita que se entregaba  o con alguna fecha especial, como el 25 de mayo, por ejemplo. La revista llegó a tener un tiraje de 700.000 por semana. Eran otros tiempos.

C: ¿Usted allí cumplía un horario?
J: Sí, te digo cómo vino la mano. Yo estaba en mi casa, tranqui, y hacía el Libro Gordo de Petete que salía en la televisión. Eran cortos de 3 minutos. Muchos le escapaban a hacerlo, había que buscar documentación, investigar. Y cuando la cosa comenzó a caminar, García me dijo: “Va a tener que venir todos los días”. Yo le dije: “lo que pasa es que en casa estoy tranquilo, me levanto, me hago un cafecito..:”. Y él me respondió: “bueno, pero acá también lo puede hacer”. Y pese a que en un principio no quería, acepté.

 

C: ¿Cuáles fueron sus creaciones en la Editorial?. ¿Firmaba sus trabajos?
J: Gnomi y alguna creación secundaria de “Ico”. Pero García reunía al equipo de trabajo y muchas veces entre todos, trabajando en equipo y armado por él, que extractaba lo mejor de cada uno, se lograban las creaciones. Una vez firmé un trabajo y me “botoneó” un compañero. García me llamó aparte, hablamos y llegamos a un acuerdo. Todo lo que salía para afuera iría firmado –Casimiro era un éxito en España- y lo de acá no. Así que lo que firmaba, lo hacía con una firma grandoooota (risas).

 
G: ¿Cómo presenta los trabajos?
J: Tinta China, coloreado y sale. Ella (Delma, su esposa) es la “Operadora Digital”, siempre me ha ayudado. En la pc, intervengo en el coloreado pero la mayor parte la hace ella.

C: ¿Le costaba algún personaje público para caricaturizar?
J: Sí, Julia Sandoval. Llegaban las fiestas y había que prepararlo y cuando uno  ve 3, 4 dibujos que no le salen… Sirve descansar y volver a arrancar. A veces me pasaba que iba en el colectivo con el dibujo “ya hecho” en la cabeza.
Interviene en la charla Delma, la gran mano derecha de Jorge:
Delma: Lo que le digo siempre es que tiene que descansar. A veces no separaba las vacaciones del trabajo, antes se llevaba el trabajo cuando íbamos afuera, después no lo dejé más hacer eso.

G: ¿Se puede vivir del dibujo?. La pregunta apunta a aquellos chicos que salen del colegio y tengan esa inclinación…
J: Sí. Lo que no pueden dejar de atender es la computación, para eso hoy en día la parte digital es primordial. Aparte a los chicos les gusta.

C: ¿Cuánto le llevaba una caricatura de las que hacía en “Muy Interesante”?
J: Depende, si tenía más tiempo lo disfrutaba más.

Nos muestra el álbum de figuritas “Chapitas”.
J: Algunas de éstas no llegaban a salir, a veces te llamaban y te decían “frená a Morete porque lo vendieron a Las Palmas” y el trabajo por ahí estaba terminado…

G: ¿Conoció en persona a Pepe Biondi?
J: Sí, y  tengo una anécdota: una vez lo había dibujado, estaba disfrazándose de  Papá Noel, le gustó el dibujo y fue a la Editorial. Yo no estaba así que fui a verlo con Toño Gallo y mi hijo Fabián, que por entonces tenía 3 años. Fabián no podía subirse a un ascensor.  Y era el piso 6°.  Mientras íbamos caminando, pasamos por una juguetería y le dije a Fabián: “Miraaa, ¡el batimóvil!”. Le dije: “vamos a ver a este señor, Biondi, y cuando salimos, te lo compro”. Estaba chocho. Así que subimos, y nos abrió la puerta Biondi, que era pelado y nos dijo: ¡Toño!, ¡De los Ríos!, uhhh”. Estaba con unos calzoncillos verdes con lunares…  “Esperen, denme un tiempo, porque… las apariencias, ¿vieron?”. Y volvió, otra vez con calzoncillos, ¡pero con peluca! (risas).


G: ¿Trabajó con Pepe en la tele?
J: Sí, y escuchen esto, una vez me malinterpretaron. Biondi hacía el sketch hablando con algún famoso por teléfono. Y cuando terminaba, la cámara se alejaba y lo veías cola con cola con ese famoso. En un momento me piden una caricatura donde estaría el invitado, en este caso Amadeo Carrizo, era como un reconocimiento,  y como yo quería publicar todo lo que hacía, se lo manifesté a María Inés Andrés, que era la directora. Llegamos a un arreglo en donde hacía el dibujo pero me permitían una foto con el  retratado. Entonces vino un telegrama que decía “Rolando la Serie (un cantante cubano) se va esta tarde, presentarse urgente en Canal 13 y frenar la caricatura con Carrizo.” Amadeo, esa tarde, generó el “cachet” en la tele, que hasta entonces no existía. Entonces me corrieron para decirme “De los Ríos, mire que Amadeo está doblando allí y se va”. Yo me quedé sorprendido. “¿No quería usted una foto con el famoso?”. Le dije que lo que yo quería ¡era una foto del dibujo hecho al famoso! (risas). Porque yo tengo siempre una foto de todo lo que hago. ¡Habían entendido que quería una con el invitado!.


(Más imágenes de esta nota realizada junto a Carlos Carella en su blog de El Sombreritus2 haciendo click aquí )

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