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LA OTRA GRAN CARA DE RAUL

domingo, 4 de abril de 2010


Hace un año, desde este blog se guardó un prudente respeto cuando falleció Raúl Alfonsín. No era agradable relucir toda la basura que generó y rodeó a su triste gobierno. Además, la cantidad de gente que fue a despedirlo al Congreso fue algo que no podrá pasar desapercibido, sobre todo por el hecho que Alfonsín no murió millonario ni en un palacio a costa de los sacrificios del pueblo, como seguramente ocurrirá con varios ex presidentes/as deleznables.
Pero hace un año también expresamos que “la muerte santifica y perdona”. En estos días en que se recuerda a Alfonsín no se mencionan su incapacidad para gobernar, para no poder superar las crisis con autoridad sin necesidad de “transar” como fue el bochornoso suceso de Semana Santa.
Más allá de cómo operó parte del justicialismo para favorecer su caída, el ex presidente tuvo un final de gobierno lamentable, huyendo por la ventana sin respetar el período por el cual la gente lo había votado.
Pocos recuerdan por estos días el escándalo de “los pollos de Mazzorín”, pocos recuerdan los curros que habia con las cajas PAN, pocos recuerdan la impericia de Juan Sourrouille que terminaba de redactar un plan económico y a los minutos ya estaba publicado en un diario financiero.
Pocos recuerdan las “mini devaluaciones” del Austral, el alocado proyecto de la Capital en Viedma, y lo que es peor, la horrorosa transa que llevó a cabo con Carlos Menem en 1994 con la reforma de la Constitución.
Bien, Alfonsín también era eso.Un político que se dobló y que nos rompió.

Gus (con memoria)

¿LA MUERTE SANTIFICA?

miércoles, 1 de abril de 2009


Ayer, a las 20.30, falleció Raúl Alfonsín. Quien me conoce y quien haya leído mi nota sobre El Busto de la Vergüenza, sabe lo que pienso de este hombre. Pero eso no quita que tenga el respeto que corresponda a la situación. Siento que a mucha gente le pegó esta muerte, sin distinción de bandería política, sin pensamientos o enconos cruzados. Es en estos momentos cuando uno ve a algunos políticos sin máscara, sin doble discurso, sin caretas, como se vio en el Salón Azul, a seres humanos despidiendo a un amigo, a un colega... Es en estos momentos cuando uno nota una congoja general.
Muchas voces se alzaron, como pasa en estos casos, elevando al fallecido a un sitial casi angelical. La típica frase "era bueno" pronunciada en los velorios hoy se quintuplicó a la centésima potencia debido al auge y repercusión mundial.
¿Qué dirá la historia? ¿con qué parte se quedará? ¿Con el Alfonsín que ayudó (y digo ayudó porque todos en alguna medida lo hicimos) a que volviera la democracia?, ¿con el Alfonsín que cometió errores? ¿Con el Alfonsín que logró movilizar gente a su velatorio de una manera impresionante?
¿La muerte santifica a un político? ¿le perdona todos los errores?. ¿O teniendo en cuenta lo que vino después se eleva a la persona a un sitial de honestidad brutal?
Yo sigo pensando lo mismo que en aquella nota que escribí. Creo que hay que mantener la cabeza fría para el análisis político de un país. Tengo mil cosas para decir en contra de él, pero hoy hay que mantener respeto. Y prefiero quedarme con una actitud, con una sola pero que siempre me dejó pensando. En una ocasión, ante un festejo religioso, Alfonsín no comulgó. Hubiera sido políticamente correcto hacerlo, como lo hicieron otros presidentes pero él no comulgó. Si hoy hay que rescatar imágenes positivas de este hombre, prefiero quedarme con ésa. En ésa ocasión, Alfonsín no se traicionó.
¿Con qué Alfonsín se quedará la historia luego que pasen estas horas de santificación, elevación y perdón?. Tal vez con todos y con uno. No se sabe qué pasará en los próximos años. Pero, guste o no nos guste, difícilmente haya un velorio a un político con tanta gente como hubo hoy en las inmediaciones del Congreso.
Y eso, es una imagen que desde algún lado, verá con satisfacción Raúl Alfonsín.
Que en paz descanse.

Gus

EL BUSTO DE LA VERGÜENZA

viernes, 16 de enero de 2009

Gentileza: minutouno.com

Más allá que, si miramos de cerca, la máxima semejanza que le podamos encontrar al busto con el ex (por suerte) Presidente es a un Alfonsín después de una fuerte gripe, hay algunas consideraciones que quien esto escribe considera necesarias realizar. Este busto ha sido construido en homenaje a:

- Un señor que paralizó los sueldos, obligando a mucha gente a vender lo poco que le quedaba;

- un señor cuya impericia alarmante en materia económica llevó al país a una aguda crisis social;

- un señor que se hizo el valiente con los carapintadas en aquella Semana Santa del año 1987 cuando en realidad lo que hizo fue “transar” con Aldo Rico y sus secuaces amnistías e indultos para después salir a decirnos, con un gran caradurismo: “felices pascuas”;

- un señor que fue enormemente intolerante con la prensa;

- un señor que degradó a su partido, el radicalismo, en varias etapas. Una de ellas, fuera de su mandato, cuando negoció con Carlos Saúl Menem (aquel a quien él mismo había definido como “el peor gobernador del país”) la reforma de la Constitución Nacional en 1994;

- un señor que se la pasó descalificando de manera grosera a veces, a quien no pensaba como él;

- un señor que no completó su período presidencial, huyendo antes de tiempo por la puerta trasera.

A ese señor se le realizó un busto de homenaje. Para algunos, teniendo en cuenta la calidad de gente que vino después, Alfonsín quedó a la altura de Heidi. Pero no fue Heidi. Fue un Presidente que ganó gracias a la ayuda involuntaria de un tal Herminio Iglesias, quien tras la quema de un ataúd radical contribuyó a la derrota de Italo Argentino Lúder, un verdadero caballero de la política, quien antes de ese incidente era casi un seguro presidente. Alfonsín, en un marco de intolerancia, despotismo, testarurez e impericia, gobernó durante casi seis años propiciando una debacle económica que terminó en un estallido social importante. En la década del ‘80 se producía Mini-devaluaciones del Austral día tras día.

Este hombre ahora tiene un monumento. En teoría, cuando se muera creerá que algo dejó. Aunque en su interior, tal vez alguna parte honesta dentro suyo que se rebela dentro del hipócrita mundo de la política, sepa que a los chicos de las nuevas generaciones se les está mintiendo, que su gestión no estuvo a la altura de un busto, ni para el bronce. Tal vez, para un modesto estaño.

(este post fue realizado el 7 de octubre de 2008 en el anterior blog)

Gus (con mucha memoria de lo que ocurrió en Argentina entre 1983 y 1989)

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